martes, 24 de agosto de 2010

La disposición del espacio en clase

La disposición del espacio en clase

Escrito por Sol / 20 de Abril de 2009

La forma en que se organizan los bancos al sentarse en un aula puede modificar severamente la forma de dar clases, la de aprender y la de compartir. Romper con la vieja estructura de las filas e hileras de bancos podría ser muy provechoso en algunos casos de clases universitarias.

La disposición en el aula es más importante de lo que pensamos
La disposición en el aula es más importante de lo que pensamos

Hay ciertas cuestiones que a veces son dejadas de lado debido a la urgencia, la exigencia y la velocidad que implica cursar una carrera universitaria. A veces, se pierde el estudiante la posibilidad de reflexionar acerca de cómo se podrían dar ciertas situaciones ofreciendo algunos pequeños cambios.

En este sentido, resulta interesante pensar en la disposición de espacio en el aula, algo que parece tan evidente o tan pactado de antemano. No todos los docentes prefieren dar la clase en las mismas condiciones y cada cual tiene su preferencia en función a la distribución espacial de los bancos o pupitres.

Sucede a veces que por cuestiones de tipo edilicias no se pone en evidencia este tipo de reflexiones o de preferencias ya que una vez dispuestos los bancos no muchos se animan a moverlos.

La nuca del compañero

La disposición tradicional de la universidad repite la de las escuelas primarias y secundarias. Varias filas de bancos, una detrás de la otra, de manera que los estudiantes no se encuentren cara a cara a menos que hagan algún movimiento para sus costados a para atrás. La visión del alumno apunta directamente al pizarrón y, por ende, al docente que está dando la clase.

Si bien esta forma garantiza, de alguna manera, que todos puedan ver la pizarra y escuchar al profesor, niega o por lo menos dificulta la comunicación del grupo, de sus integrantes entre si. Por ello, tal vez sea interesante pensar para los cursos universitarios como podría aprovecharse la riqueza de intercambio no solo con el docente, sino también entre compañeros.

Rondas y espacios circulares

A pesar de la tradición, muchos docentes intentan cambiar este orden y piden a sus alumnos que se sienten en círculo. De esta manera los estudiantes pueden, además de escucharse, verse y entenderse mejor, compartir la experiencia del aula y del aprendizaje. Sucede que a veces las aulas no permiten mantener un espacio en le medio, no es posible armar un circulo ya que no queda lugar. Sin embargo, es interesante pensar esta propuesta para los cursos de pocos alumnos, en los que tal vez unos 20 estudiantes puedan generar conocimiento, nuevas reflexiones y pensamientos .

De esta manera se realiza un gesto encaminado en dejar de entender la voz del docente como la única autorizada, proporcionando un clima adecuado para el intercambio y el diálogo del que pueden participar y aprender todas las partes involucradas.

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